Seguidores

miércoles, 12 de febrero de 2014

Batalla de Chacabuco

Batalla de Chacabuco- Litografía coloreada por Gericault
Nuestros jóvenes han perdido, hace ya muchos años, las "memorias de la tribu" y se han ido olvidando las hazañas del pasado. Esto ocurrió poco a poco al deshacerse la familia como núcleo de la sociedad, al perderse las tradiciones y todo criterio de autoridad, sobre todo en la escuela.
Se desconoce la historia de la Patria y lo poco que se difunde se lo hace desde la perspectiva de ideologías materialistas. Son denostados los héroes y toda historia militar es simplemente ignorada o utilizada para sustentar un relato revolucionario.
Hoy debería conmemorarse la batalla de Chacabuco, de fundamental importancia en la consolidación de la independencia argentina, pero difícilmente se pueda ver en los medios de difusión alguna alusión al respecto, por eso he querido recordarla aquí.
Eventos preliminares a la batalla
En el campo realista
El 5 de febrero de 1817, el Capitán General de Chile, (1) Francisco Casimiro Marcó del Pont, ordenó la reunión de todas sus fuerzas en proximidades de Santiago. Esto obligó a que se abandonen las guarniciones de Colchagua, Talca y Curicó (2.000 hombres).
Marcó del Pont estaba convencido de que el ataque principal del Ejército de Los Andes se llevaría a cabo por la ruta más corta que une Mendoza con Santiago, ésta es la que cruza por el paso del Portillo, que a la sazón, venía siendo utilizada por las tropas a cargo del Capitán José León Lemos. Sin duda, la estrategia de San Martín estaba produciendo sus frutos y sumía en la incertidumbre a la conducción enemiga.
Seguidamente cuando se le presentó el informe del Coronel Atero, terminó de comprender la maniobra patriota. Estratégicamente estaba derrotado. Ya no podía contar con el tiempo necesario para reunir más hombres en derredor de Santiago. La batalla era inminente.
En la tarde del día 10, Marcó del Pont, nombró al Brigadier Rafael Maroto (2) (Jefe del Batallón “Talavera”), Comandante en Jefe de las Fuerzas Realistas, con órdenes precisas de tomar contacto con el Ejército del General San Martín. Esa misma noche del 10, Maroto marchó a la hacienda de Chacabuco con los batallones “Talavera” y “Chiloé (-)” (3), más 50 húsares.
Al atardecer del día 11, Maroto arribó al sector de Chacabuco y encontró destacamentos (fracciones de distintas Unidades) de los Batallones “Concepción”, “Valdivia” y “Chiloé”, llegados de Coquimbo a órdenes del Coronel Idelfonso Elorreaga. También es probable que se hallaran tres Regimientos de Caballería (“Carabineros de Abascal”, “Dragones de la Frontera” y “Húsares de Abascal”) y 120 artilleros con 5 cañones, que ganaron protagonismo con sus certeros fuegos, al día siguiente durante la batalla. El Coronel Maroto se adelantó a la Cuesta de Chacabuco para reconocerla. En la misma se hallaba el Coronel Atero, ahora, con 4 Compañías de infantería al mando del Sargento Mayor Miguel Marqueli (4); 3 Compañías de Caballería y los dos cañones (530 hombres en total). Inferimos que Maroto y Atero intercambiaron opiniones sobre la próxima batalla que a no dudarlo, iba a ser defensiva. Se resolvió reforzar a este Destacamento con 200 hombres a órdenes del Capitán Mijares, los cuales ascendieron a la cumbre a última hora del mismo día 11. Antes de replegarse hacia la Hacienda, el Brigadier impartió órdenes al Jefe del Destacamento de que en caso de ser atacado, permanezca en la cima de la cuesta, indicándole que resista cualquier avance enemigo hasta perder la mitad de sus hombres. El Brigadier español (5) había resuelto ocupar las alturas de la Cumbre de Chacabuco, con todo su ejército durante la mañana del día siguiente.
La composición y los efectivos del Ejército Realista habían quedado organizados para la batalla así:
Comandante en Jefe de las Fuerzas Realistas: Brigadier Rafael Maroto.
Jefe de Estado Mayor: Coronel Manuel María Atero.
- Batallón “Valdivia” (560 hombres): Jefe: Teniente Coronel Piquero.
- Batallón “Veteranos de San Carlos de Chiloé” (560 hombres): Jefe: Teniente Coronel Arenas.
- Batallón “Talavera”(6): (560 hombres): Jefe: Teniente Coronel Miguel Marquiegui.
- Regimiento de Caballería “Carabineros de Abascal” (370 hombres): Jefe: Teniente Coronel Quintanilla.
- Regimiento de Caballería “Húsares de Abascal” (320 hombres): Jefe: Teniente Coronel Barañao.
- Regimiento de Caballería “Dragones de la Frontera” (600 hombres). Jefe: Teniente Coronel Antonio Morgado.
- 5 Piezas de Artillería (7): Jefe: Teniente Moxó, con 200 hombres.
Total: 2.080 hombres.(8)

Dragones de la Frontera
Suboficial y soldado del Talavera


“El batallón Talavera se emplazó en el ala derecha apoyándose en el cerro Guanaco; el Chiloé ocupó la faja situada a la izquierda y algo a retaguardia de la anterior; en el centro y cubriendo el Camino de la Cuesta Vieja se instalaron los Carabineros, en columna de compañías por no permitir el terreno una formación más amplia. El batallón Valdivia se extendió sobre el cerro Chingüe. En  proximidades del ala derecha se emplazaron dos piezas de artillería, que podían batir diagonalmente el desemboque del camino al sur del Morro de las Tórtolas Cuyanas, y las tres restantes se intercalaron entre el Talavera y el Chiloé. La caballería (Dragones y Húsares) se apostó detrás del ala izquierda”(9).
 
Bandera del Talavera (anverso)
Bandera del Talavera
En el campo patriota
El día 8 de febrero de 1817, el General San Martín comunicó al Director Supremo que a su pesar, no podía continuar con la persecución a los realistas por el estado de la caballada. Luego de combatir durante seis días a las avanzadas realistas, el estado del ganado equino y mular era alarmante. Ahora emplearía el tiempo en poder reemplazar a los 1.200 caballos inutilizados por la aspereza de las sierras.
En la madrugada del 9 de febrero, el Teniente Coronel Melián con el 3er Escuadrón de Granaderos a Caballo, fue adelantado en reconocimiento hasta la cuesta de Chacabuco (bifurcación de caminos Cuesta Vieja y Cuesta Nueva, en el sector de Manantiales). Melián ocupó el valle del río Aconcagua, controlando el puente y adelantó distintas partidas de exploradores, hasta tomar contacto con el enemigo en la cuesta de Chacabuco. El Ejército de Los Andes acampó un poco más al norte de la mencionada cuesta.
Simultáneamente San Martín despachó a Santiago, a los espías Estay y Cruz para estar en contacto permanente con las actividades del enemigo. También los ingenieros Arcos y Álvarez Condarco fueron destacados para practicar reconocimientos y levantar un croquis de la posición y de los caminos de la cuesta con sus terrenos adyacentes, en particular los del flanco derecho, que se presentaban más accesibles que los del flanco izquierdo.
El día 11 se presentó Estay con las últimas informaciones de los agentes secretos. Se habían logrado copiar en la misma secretaría de Marcó del Pont, las órdenes impartidas de carácter reservado. Por los informes de los Oficiales de Servicio de la Avanzadas patriotas se sabía que la Cuesta de Chacabuco estaba ocupada por el enemigo y por Estay se había confirmado que estas fuerzas bajaban hasta la Hacienda (de Chacabuco).
El Comandante del Ejército de Los Andes reunió a todos sus Comandantes de División y Jefes de Cuerpo y los impuso de la situación que se estaba viviendo. Les manifestó que su plan inicial de ataque estaba previsto para el día 14, día en que ya se reuniría la Artillería de Campaña que todavía estaba cruzando. Sin embargo, la oportunidad de destruirlo por partes, antes de que se reúna con refuerzos de Santiago, lo obligaba a emprender un ataque rápido “en cualquier parte donde lo encontrase”.
El plan consistía en dividir al ejército patriota en dos columnas desde la bifurcación del camino (en Manantiales):
Una columna al mando del Brigadier Bernardo O’Higgins, atacaría frontalmente buscando de entretenerlo con combates simulados. Esta columna marcharía por el Camino de la Cuesta Vieja.
Su composición y efectivos eran:
Jefe de División: Brigadier Bernardo O’Higgins:
- Batallón Nro 7 de Infantería de Línea (-): Jefe: Teniente Coronel Pedro Conde, con 663 hombres.
- Batallón Nro 8 de Infantería de Línea (-): Jefe: Teniente Coronel Ambrosio Crámer, con 683 hombres.
- 1er Escuadrón de Granaderos a Caballo: Comandante: Coronel José Matías Zapiola, 85 hombres.
- 2do Escuadrón de Granaderos a Caballo: Comandante: Teniente Coronel Manuel Medina, 85 hombres.
- Sección de Artillería de Montaña (2 piezas de a dos): Jefe: Oficial Fuentes, 25 hombres aproximadamente.
Total: 1.500 hombres.
La otra columna que iría al mando del Brigadier Miguel Estanislao Soler, caería sobre el flanco izquierdo y su retaguardia, buscando la destrucción del ejército realista. Sus efectivos y composición eran:
Jefe de División: Brigadier Miguel Estanislao Soler.
- Batallón Nro11 de Infantería de Línea: Jefe: Coronel Juan Gregorio de Las Heras, con 683 hombres.
- Batallón Nro 1 de Cazadores: Jefe: Teniente Coronel Rudecindo Alvarado, con 560 hombres.
- 4 Compañías de Granaderos y Cazadores de los Batallones Nros 7 y 8: Jefe: Teniente Coronel
Anacleto Martínez, 360 hombres aproximadamente.
- Escuadrón Escolta del General en Jefe: Comandante: Sargento Mayor Mariano Necochea.
- 3er Escuadrón de Granaderos a Caballo: Comandante: Teniente Coronel José Melián (10).
- 4to Escuadrón de Granaderos a Caballo: Comandante: Teniente Coronel Manuel Escalada.
En total entre los tres Escuadrones: 570 hombres, aproximadamente.
- Batería de Artillería de Montaña (7 piezas de a cuatro): Jefe: Cap D. Domingo Frutos, 90 hombres aproximadamente.
Total: 2.100 hombres.
Batallón Nº 1
Cazadores de los Andes
Oficial
Batallón Nº11
Soldado con uniforme de cuartel
Batallón Nº 7
Fusilero y cazador
Por la mañana del 11 de febrero, se organizaron las Divisiones de O’Higgins y Soler y comenzaron la aproximación. A las 18:00 Hs se ordenó que se reviste el abastecimiento y el  equipo para la batalla. Antes de la medianoche se impartió la orden de avance y se adoptó el dispositivo para el ataque. Se había apreciado erróneamente que se libraría la batalla en la cumbre de la serranía...
Plano de la batalla
La Batalla
A las 02:00 Hs de la madrugada del 12 de febrero de 1817, las dos Divisiones patriotas iniciaron la marcha, encabezando las mismas, la columna de Soler. El Brigadier chileno O´Higgins destacó una guerrilla del Batallón Nro 8 sobre el flanco izquierdo de la posición realista, para buscar atraer a las fuerzas realistas de la cima de la cuesta; mientras el grueso del mismo batallón accionó por el flanco derecho, cargándolos a la bayoneta. Atero con la luz lunar descubrió la maniobra patriota, se replegó y delegó el mando al Sargento Mayor Marqueli. Los realistas tenían previsto replegarse por el camino de la Cuesta Vieja, descuidando sin saberlo el camino de la Cuesta Nueva, apreciando erróneamente que éste se alejaba hacia el Pacífico.
Al comprobarse la ausencia del enemigo en la Cuesta, San Martín modificó rápidamente sus planes:
- A la División O´Higgins, se le ordenó que persiga el repliegue realista por el camino de la Cuesta Vieja, entreteniendo el frente enemigo sin sobrepasar el Morro de las Tórtolas Cuyanas; una vez que se concretara el ataque de Soler por el flanco, continuaría el ataque sobre las posiciones enemigas. Complementariamente, el 3er Escuadrón de Granaderos se agregó a la División de O’Higgins.
- A la División Soler, se le ordenó que avance por el camino de la Cuesta Nueva, atacando por el flanco oeste a las tropas realistas posicionadas más al sur y con los Escuadrones de Granaderos y la Escolta, envolver por el flanco y la retaguardia el remanente del dispositivo realista. Sobre la marcha se agregaría a la División O´Higgins, el 3er Escuadrón de Granaderos a Caballo.
Ambas Divisiones se dividieron en Manantiales, como estaba acordado.
Finalmente el Batallón Nro 8 conquistó la Cumbre de la Cuesta de Chacabuco. Luego de intercambiar unos disparos con los infantes patriotas, Marqueli alcanzó a retirarse precipitadamente por el sureste, por la Quebrada de las Raíces que conduce a la falda oeste del Cerro de Los Halcones, perseguido de cerca por el 3er Escuadrón de Granaderos del Teniente Coronel Melián.
Maroto recibió los desesperados mensajes de Marqueli sobre el avance del ejército patriota y le volvió a repetir la orden de mantenerse en la cuesta de Chacabuco. Sin embargo, cuando la vanguardia de Maroto alcanzó el Cerro Chingüe, ya pudo divisar como eran sobrepasadas las fracciones de Marqueli y perseguidas por la caballería independentista. De inmediato le ordenó al Teniente Coronel Quintanilla que con sus Carabineros, bloqueara la penetración patriota.
Mientras que Melián con su 3er Escuadrón de Granaderos perseguía a Marqueli y entraba en la Quebrada de la Nipa (retomando el Camino de la Cuesta Vieja), el Batallón Nro 8 lo seguía un poco más atrás. Los Granaderos debieron echar pie a tierra, dado lo abrupto del terreno, cuando se vieron bloqueados por la caballería realista de Quintanilla. Entonces recibieron fuego concentrado de los cerros Chingüe, Victoria, Quemado y Guanaco. Habían llegado hasta la 1ra línea del dispositivo real, por lo que rápidamente se replegaron hacia el norte, junto con el Batallón Nro 8.
Marqueli finalmente logró replegarse casi intacto y se posicionó sobre el cerro Chingüe, comandando un Destacamento (fracciones del “Talavera” y todo el Batallón “Valdivia”). El Coronel Elorreaga tomó el comando de la defensa de los cerros Victoria, Quemado y Guanaco con los Batallones “Chiloé” y el grueso del “Talavera” y fue el verdadero conductor de la tenaz resistencia en este sector.
Con las primeras luces el General San Martín ocupó la cima de la cuesta, observando la retirada del Destacamento de Marqueli y el dispositivo del ejército (realista), apoyado sobre la meseta al norte de la Hacienda de Chacabuco.
Pasadas las 10:00 Hs la División O´Higgins alcanzó el pie del Morro de las Tórtolas Cuyanas. Una hora después, el Comandante chileno ordenó desplegar a sus unidades (el Regimiento de Granaderos a Caballo, el Batallón Nro 7 y el Batallón Nro 8) por delante del Cerro Los Halcones, para ejecutar un ataque frontal sobre las posiciones reales de los Cerros Guanaco y Quemado. No se había podido reconocer previamente las posiciones realistas y además no se consideraba lo acordado por el plan de San Martín, o sea, no se iba a poder coordinar el ataque suyo con el de la División Soler.
El Regimiento de Granaderos (-) a órdenes del Coronel Zapiola, formó en línea con el regimiento y recibió órdenes de atacar el ala izquierda y el centro del Cerro Chingüe. Paralelamente lo hacían el Batallón Nro 7 y a continuación el Batallón Nro 8 dando frente éstos a los cerros Victoria y Quemado.
Sin embargo toda la maniobra cayó en el vacío. El Regimiento de Granaderos chocó con un zanjón al frente (Estero de las Margaritas) y quedó detenido, recibiendo fuegos de los Cerros Chingüe y Victoria. El Batallón Nro 8 fue el más castigado desde los cerros Guanaco y Quemado y momentos después se dispersó hacia retaguardia. Se ordenó la retirada y toda la División se replegó a cubierto detrás del morro de las Tórtolas Cuyanas.
El Coronel Zapiola logró retirar a los escuadrones del certero fuego realista, quedando el 1er Escuadrón a la izquierda del desemboque de la Cuesta Vieja (puede que cubriendo el repliegue de los Batallones 7 y 8) y los otros dos Escuadrones más atrás, a cubierto, detrás del Morro de Las Tórtolas Cuyanas (como organizando una Reserva). Asimismo destacó al Teniente D. Rufino Guido (Ayudante del Jefe del Regimiento de Granaderos) para que imponga al General San Martín de la crítica situación.
San Martín al unísono, destacó a Álvarez Condarco al galope (11), para que le ordene al Brigadier Soler que acelere el ritmo de marcha, ante la situación desfavorable.
O´Higgins reagrupó y encolumnó a los Batallones de Infantería (que se habían refugiado también, detrás del Morro de Las Tórtolas Cuyanas) y los lanzó a un segundo ataque frontal. Esta vez atacó en línea de Batallones y columna de División. El Batallón Nro 7 a la cabeza y atrás el Nro 8.
Como en el ataque anterior a poco de aproximarse a la cadena de cerros recibieron otro nutrido fuego, siendo dispersados y obligados a retroceder. El Batallón Nro 8 fue el que mayores daños sufrió. Por su parte los realistas habiendo conquistado una segunda victoria, empezaron a configurar un contraataque por el flanco y el ala izquierda patriota.
San Martín resolvió intervenir personalmente en la batalla (la situación parecía irreversible si triunfaba el ataque realista). Empuñando la bandera de Los Andes, apareció al galope, por la retaguardia (seguramente escoltado por sus edecanes) mostrando la bandera a los granaderos y a los infantes de los batallones.
Este solo gesto bastó para que los granaderos a caballo, formaran con el Coronel Zapiola detrás de su antiguo Jefe de Regimiento. San Martín entregó la bandera nuevamente al Portaestandarte del Ejército y desenvainó su sable corvo mostrando el dispositivo enemigo; el trompa de granaderos tocó a la carga. Faltando 200 m para chocar con el enemigo, el fuego realista disminuyó y se incrementó la lucha hacia el oeste. San Martín continuó el avance con el 1er y 2do Escuadrón, y el 3ro cargó sobre un claro sableando a los artilleros realistas en sus piezas.
Siendo las 13:30 Hs se observó que sobre el oeste había progresado la vanguardia de la División Soler y que las Compañías del Batallón Nro 1 de Cazadores patriotas asaltaban a la bayoneta al enemigo sobre el Morro del Chingüe. El Comandante de la Escolta del General San Martín, Mariano Necochea y el 4to Escuadrón de Granaderos, se lanzaron a la carga por el flanco izquierdo y la retaguardia del dispositivo realista buscando a la caballería enemiga que trató de escapar del campo de batalla. Ahora, todo enemigo que trataba de huir era interceptado por la caballería de Necochea.
Luego de esto, el General San Martín entregó el mando del Regimiento de Granaderos al Coronel Zapiola. Tras la conquista de todas las alturas, el ejército patriota inició la persecución de los restos de la fuerza real hasta la Hacienda de Chacabuco, donde los realistas formaron un cuadro (12) (de cerca de 500 hombres) para resistir la última embestida patriota. Este combate apenas duró unos quince minutos, produciéndose severas bajas, ocasionando que el mismo se disperse. Otros realistas, se rindieron a discreción.
Los Granaderos a Caballo, persiguieron a los restos realistas hasta el Portezuelo de la Colina (20 Km de Chacabuco) y regresaron al campo de combate. La persecución como se explicó con anterioridad, no se pudo profundizar debido al estado de la caballada y de su herraje. Es así que 180 Húsares de Abascal del Comandante Barañao, se salvaron de ser detectados más allá de este Portezuelo, escapando rumbo a Santiago.
A las 14:00 Hs el Ejército de Los Andes había pasado al descanso.
Las pérdidas patriotas fueron de 12 muertos y 174 heridos, los realistas sufrieron 600 muertos y 550 prisioneros, 32 oficiales, todos los Jefes (el Coronel Elorreaga y el Sargento Mayor Marqueli fueron muertos) alcanzando a huir el Brigadier Maroto y el Teniente Coronel Quintanilla.
Se capturó todo el parque, 2.000 fusiles y la bandera del Batallón Veterano de San Carlos de Chiloé. Quinientos hombres huyeron dispersos rumbo a Santiago y cerca de 1.000 a Valparaíso.
Batalla de Chacabuco- oleo de Fray Pedro Subercaseaux
Referencias y notas
  1. Francisco Casimiro Marcó del Pont Ángel Díaz y Méndez nació en 1770 en Vigo, España. Joven aún se inició en la carrera militar, ingresando al Regimiento de Infantería de Zaragoza. De brillantes cualidades militares, antes de cumplir los 30 años ya había ascendido al grado de mariscal de campo. Se destacó ampliamente por su actuación en la Guerra de la Independencia. En 1815 Casimiro Marcó del Pont fue nombrado Gobernador de Chile, arribando a Valparaíso a fines del mismo año. Una vez que asumió el gobierno de la reconquistada Gobernación de Chile, envió varios espías a Cuyo (1816 – 1817) para que recabaran información sobre el Ejército Libertador de los Andes que se formaba en Mendoza y que, a las órdenes del General José de San Martín, cruzaría la cordillera para liberar Chile. De igual manera fue la principal víctima del engaño montado por San Martín evitando que Marcó detecte el lugar del ataque principal a Chile. Finalmente delegó el mando de las fuerzas reales en el Brigadier Maroto, quien terminó derrotado en la batalla de Chacabuco. Intentó escapar hacia San Antonio para abordar un transporte que lo llevaría al Perú. Sin embargo fue interceptado por una partida de Granaderos a Caballo en la hacienda "Las Tablas", cercana a Valparaíso. Luego de ser capturado, se entrevistó con el General San Martín quien lo remitió a Mendoza y luego a San Luis. Sus días terminaron cuando fue trasladado a "La Estanzuela", una estancia de unas 8.000 hectáreas, en la localidad de Renca, Provincia de San Luis. Murió en soledad, el 19 de mayo de 1819, a la edad de 49 años.
  2. El Mariscal español Rafael Maroto Yserns nació en Lorca, España, el 15 de octubre de 1783. Hijo de militar, vivió durante su niñez en San Cristóbal. A los 18 años intervino en los conflictos y campañas de Godoy (Guerra de las Naranjas). Seguidamente participó en la Guerra de la Independencia Española, durante la que fue herido y hecho prisionero en Zaragoza. Recibió un destino en Perú y más tarde luchó en la guerra contra los independentistas chilenos en Rancagua. Posteriormente fue enviado a reforzar al Brigadier Pezuela al Alto Perú con el que no tuvo una buena relación. En 1816 el Virrey Abascal lo destinó nuevamente a Chile, donde también tuvo fricciones con Marcó del Pont. En 1817 se le ordenó que asuma la defensa de Chile, horas antes de que el General San Martín concluyera el cruce de Los Andes. Finalmente fue derrotado en la batalla de Chacabuco. Recibido por el ahora Virrey Pezuela en Lima, continuó combatiendo en el Alto Perú. Al final de la contienda, se distanció de la actitud separatista de Olañeta. Ya en España, participó activamente en la guerra civil entre carlistas e isabelinos, con la victoria de estos últimos. En 1846 emprendió el regreso a Chile, falleciendo en Valparaíso, el 25 de agosto de 1853.
  3. El signo “(-)” (signo “menos” entre paréntesis) expresa que la Unidad (en este caso el Batallón Veteranos de San Carlos de Chiloé) no se encuentra con la totalidad de sus efectivos, o sea no está con el 100 % de sus hombres. Le falta por lo menos una de sus 6 u 8 compañías, o sea, se hallaría con el +/- 85 % de sus efectivos.
  4. El Sargento Mayor Miguel Marqueli era el 2do Jefe del Batallón Talavera.
  5. Al igual que el Coronel Atero, Maroto estuvo de acuerdo con ocupar una posición defensiva dominante. Esta maniobra obligaría a los independentistas a atacarlo cuesta arriba, razón suficiente, para producirles muchas bajas, equilibrar el poder de combate y ganar tiempo hasta la llegada de refuerzos provenientes de Santiago. El Brigadier Maroto apreció en unos 800 hombres (aproximadamente 1 batallón reforzado) los efectivos de la vanguardia de San Martín. Intuyó que el ataque patriota se desencadenaría dentro de las próximas 48 Horas.
  6. En otras publicaciones se lo menciona como “Talaveras de la Reina”.
  7. El Coronel Ornstein marca la presencia de 5 piezas y no 2, como el resto de las publicaciones.
  8. Se observó que la mayoría de los historiadores no incluyen como presentes en la batalla, a los regimientos de Caballería de Dragones de la Frontera y Húsares de Abascal. No obstante, afirmamos que sí han estado integrando una fuerza de reserva durante todo el desarrollo de la misma. Es muy probable que ambas unidades se hayan retirado durante el ataque de la caballería de la División Soler (sobre todo cuando vieron a los Granaderos de la Escolta de Necochea que cargaban a degüello frente a ellos…). Asimismo el Profesor Luqui Lagleyze, expone que el “Dragones de la Frontera” estuvo presente en Chacabuco, e incluso se retiró con numerosas bajas (El Ejercito Realista en la Guerra de la Independencia – Pag 214). Otra fuente, data un total de efectivos de 2.450 hombres y 5 piezas de artillería (Atlas Histórico Militar Argentino – Pag 69), lo cual apoyaría la versión del Coronel  Ornstein.
  9. Del libro del Cnl (R) Leopoldo Ornstein - Las Campañas Libertadores del General San Martín-Página 149.
  10. Antes de la batalla, en la bifurcación de Manantiales, fue agregado a la División O´Higgins.
  11. Se dice que Álvarez Condarco salió a buen galope buscando la senda que lo lleve al camino de la Cuesta Nueva, pero al poco tiempo, se lo vio tomando el trote pues las pequeñas rocas molestaban a su caballo y no le permitían avanzar a otro aire.
  12. Mitre, Bartolomé– Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana - Tomo I.
Fuentes
Batalla de Chacabuco - El Regimiento de Granaderos a Caballo en tiempos de la emancipación hispanoamericana 1812-1826.
Página web  http://chacabuco.gob.ar/wp-content/uploads/2013/06/
Página web www.regimientosdeamerica.com

Estas son algunas fotos de un juego, inspirado en la batalla de Chacabuco, organizado por Francisco Erize hijo en el año 2010 y realizado en la mesa de Francisco Erize padre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario